Luis Cortés, el valenciano se está haciendo un hueco en la escena española

Luis Cortés, un artista emergente que desafía las convenciones del flamenco, está decidido a construir una carrera sólida en un género con profundas raíces y una estética muy definida. «El único amor que tengo que sé que nunca se va a acabar es el de mi madre», confiesa con emoción el joven cantante, originario de Burjassot, Valencia. Pero más allá de su historia personal, lo que más llama la atención de Cortés es su apariencia y cómo esta choca con las expectativas del público.

«Por fuera soy súper negro, parezco un gánster del Bronx. Pero claro, cuando me pongo a cantar llegan las preguntas. Y es normal. Asocias el flamenco a cierta estética. A mí también me pasa», explica entre risas. El flamenco, un género tradicionalmente asociado a los gitanos y con una estética particular, sorprende cuando es interpretado por alguien que, a simple vista, parece venir de un contexto muy diferente. Sin embargo, Luis aclara su identidad rápidamente: «Después digo que soy gitano y ya les cuento todo».

A pesar de los prejuicios que puedan surgir por su imagen, Luis Cortés está decidido a triunfar en la música sin depender de colaboraciones fugaces que buscan la fama rápida. «Busco tener una carrera sólida», afirma con convicción. Aunque reconoce que colaborar con otros artistas podría facilitarle alcanzar algunos objetivos, prefiere trabajar en construir una base sólida para su carrera, centrándose en su arte y en su evolución personal como músico.

La historia de Luis Cortés comenzó hace apenas cuatro años, cuando, en el humilde barrio de Burjassot, a unos 15 minutos del centro de Valencia, decidió entrar al estudio de su amigo Miguel por pura curiosidad. «Un día, aburrido, entré al estudio de mi colega Miguel y grabamos una canción un poco por hacer algo», cuenta. La canción terminó circulando por los móviles de medio vecindario, hasta que llegó a oídos de un productor musical que quedó impresionado por su talento. Desde ese momento, Luis empezó a trabajar de manera más seria en su música y ha llegado hasta aquí, con una carrera en ascenso y un sueño claro.

El camino no ha sido fácil, pero Luis Cortés está comprometido a romper barreras y seguir construyendo su propio estilo en el flamenco, demostrando que la música no tiene fronteras ni estéticas limitadas. Su pasión por el flamenco, junto con su deseo de crear algo duradero, lo impulsa a seguir adelante, sin perder de vista sus raíces ni su identidad.

 

Fuente de la entrevista: El Mundo

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